Romualdo Chávarri de la Herrera nació en 1.819 en el barrio
de Biañez de la localidad de Karrantza. Era uno de los ocho hijos que tuvo el
matrimonio formado por Francisco Antonio Chávarri Allende (1.776-1.844) y María
de la Herrera y Ortiz. A pesar de no ser de condición humilde en 1.842 emigró a
Puerto Rico donde ya residían algunos parientes, allí comenzó a trabajar como
dependiente en una mercería, convirtiéndose con el tiempo en socio y finalmente
en propietario del negocio. Con el negocio de textiles y otras manufacturas logró
atesorar una gran fortuna y en 1.874 regresó a España instalándose en Madrid
donde incrementó notablemente su patrimonio con inversiones bursátiles e
inmobiliarias. A pesar de su fortuna no se construyó una residencia en su
Karrantza natal pero si realizó importantes obras en ésta. Caben destacar la
construcción de la nueva iglesia de Biañez, el cementerio en el cual está enterrado,
el lavadero, la fuente pública, la traída de aguas y la carretera de enlace con
la general Karrantza–Bilbao, todas ellas diseñadas por el ingeniero Urbano
Peña Chávarri, sobrino de Romualdo. Además donó grandes sumas de dinero para
Hospital Asilo y para que el ferrocarril Bilbao–Santander pasara por
Karrantza. Con todas estas obras Chávarri logró mejorar las condiciones de vida
de su pueblo. D. Romualdo murió soltero en 1.899 repartiéndose su fortuna entre
sus catorce sobrinos.
Uno de ellos fue el citado Urbano Peña Chávarri (1.869–1.941)
casado con Polonia Chávarri López (1.868–1.955) también sobrina de Romualdo, así
que heredaron por partida doble. Urbano Peña Chávarri era ingeniero de caminos
y había cursado estudios en Inglaterra. A diferencia de su tío, D. Urbano construyó
su residencia en Karrantza en concreto este Palacio del que él mismo realizó el
proyecto y cuyas obras concluyeron en 1.911, fecha que aparece en la fachada
principal del edificio. Éste constaba de 32 habitaciones con 14 chimeneas
distribuidas en 4 plantas incluidas biblioteca, sala de billar, estudio de
pintura, capilla, sacristía, estudio de fotografía y gimnasio. El exterior del
palacio es muy sobrio con influencias
británicas al ser diseñado por un ingeniero. La finca que rodeaba al palacio
tenía 15 hectáreas e incluía una pequeña gruta decorada con estalactitas,
estalagmitas y una reproducción de la Virgen María, garaje, establo, casa de
guardeses, estanque de 1.120 metros cuadrados y una inmensa puerta de acceso.
En los mejores tiempos, el estanque estuvo rodeado de un hermoso jardín y tenía
un embarcadero.
El matrimonio tuvo dos hijos siendo su primogénita Francisca
la que heredó la casa a la muerte de sus padres, ya que su hermano pequeño
falleció en Inglaterra en extrañas circunstancias.
Al estallar la Guerra Civil
el palacio se transformó primero en lugar de acogida temporal para niños
de la guerra y después en cuartel
general de los republicanos. A partir de los años cuarenta nada volvió a ser lo
mismo. El palacio pasó a ser destino de veraneo de sus propietarios, que
viajaban desde Madrid y utilizaban solo la planta baja. Mantenerlo les resultaba
cada vez más costoso. Aunque José Mari Polo, nieto de Urbano Peña Chavarri, se
negó a venderlo por los recuerdos familiares que encerraba sus hijos no
pensaron lo mismo. En 1.994 se cerraron las ventas de la casa y la finca y un
año después se inauguró el parque Karpin Abentura, gestionado por la
Mancomunidad de las Encartaciones.
Fuente: "Arquitectura indiana en carranza y Lanestosa" de Maite Paliza Monduate
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