sábado, 1 de junio de 2013

45.- VILLA FELIENA - BAKIO

Feliciano Mª Alcorta Apraiz nació en Durango en 1838 siendo hijo de Ignacio Alcorta Elorriaga y Faustina Apraiz Uribarrena. Estudió medicina y ejerció de médico en Bilbao, siendo famoso su discurso en el acto solemne de recibir la investidura de Doctor en la Facultad de Medicina titulado “¿El fluido eléctrico y el fluido nerveo son una misma cosa? (1864)”. El 14 de febrero de 1868 se casó con Feliciana Alzuyeta con la te tuvo a Juan Jesús Gil (1869), Matilde Bienvenida (1.871), Ignacio Gavino (1873), Romana Jesusa (1877), Isidoro (1881), Martín (1883) y María de los Dolores (1886). Feliciana, de procedencia vasco francesa, era  heredera de plantaciones de azúcar y otros negocios familiares en Filipinas. A pesar de no ser indianos pero sí con el dinero procedente de Filipinas decidieron construir este palacete terminado en 1897. Se levantó sobre una colina artificial, en una finca que ocupaba 21.320 metros cuadrados, rodeada de unos magníficos jardines que incluían entre otros elementos una pista de tenis de hierba, un cenador y un estanque. En la fachada destacaban en el primer piso las grandes cristaleras exteriores del salón y en el último piso una torrecilla con forma de faro. Este palacete fue construido en un estilo parisino de finales del siglo XIX y muchos de sus elementos interiores fueron traídos expresamente desde París y Filipinas.
La casa era utilizada sobre todo en los meses de verano, salvo durante la Guerra Civil que fue utilizada como residencia habitual al considerarla más segura que su permanencia en Bilbao.
Tras el fallecimiento de sus propietarios la villa entró en decadencia y el paso del tiempo hizo mella en ella. En 1946 Romana Apraiz, una de las hijas de los Feliena, y su marido Álvaro Videgain González (Fuenterrabía 1868) compraron a los otros herederos su parte para hacerse cargo de la restauración y para ello contrataron al arquitecto Rafael Fontán. Éste devolvió a la villa su antiguo esplendor, pero Álvaro murió a los pocos años y Romana dejó de ir a Bakio. Posteriormente decidieron instalarse en la casa su hijo Javier con su esposa Maritxu Urabayen,  sus hijas gemelas Pili y Rosario y su hermana soltera Amparo. Javier llegó a ser alcalde de Bakio. Al fallecer éste Maritxu y sus hijas abandonaron la localidad, quedando en la villa Amparo y su tío Martín. Volvieron los años de decadencia a Villa Feliena y en la década de los setenta Victor , el hermano pequeño de los Videgain Alcorta, intentó comprarla sin llegar a ningún acuerdo con los herederos, por ello la casa siguió languideciendo hasta que en 1984 fue vendida al Ayuntamiento de Bakio y tras su continuo expolio y varios incendios se encuentra en un estado lamentable de ruina y abandono, perteneciendo en la actualidad a una inmobiliaria.
Fuentes:” BAKIO El pueblo habla a través de sus símbolos” editado por Biografías Personales
Archivo Histórico Eclesiástico de Vizcaya











Foto antigua:” BAKIO El pueblo habla a través de sus símbolos” editado por Biografías Personales. La fotografía fue cedida por la orden de los Menesianos y pertenecía a un antiguo álbum del colegio que regentaban en Bakio.
 






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